Cultura de la pepena en Mexicali, despojo, explotación y resistencia [recurso electrónico] / Sheila Azalia Morales Flores ; director, Lilian Paola Ovalle Marroquín.

Por: Morales Flores, Sheila AzaliaColaborador(es): Ovalle Marroquín, Lilian Paola [dir.] | Universidad Autónoma de Baja California. Instituto de Investigaciones Culturales--MuseoTipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: Mexicali, Baja California, 2016Descripción: 1 recurso en línea ; 143 p. : il. colTema(s): Mendigos -- Tesis y disertaciones académicas | Mendicidad -- Tesis y disertaciones académicasClasificación LoC:HV4534 | M67 2016Recursos en línea: Tesis digitalTexto Nota de disertación: Tesis (Doctorado) - Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, Mexicali, 2016. Resumen: Dentro del mundo de la investigación social con frecuencia escuchamos temas relevantes acerca de la basura y la pertinencia de su recuperación para mejorar el Medio Ambiente a través del reciclaje. Sin embargo, pocos son los estudios que profundizan sobre aquellas personas que lo hacen posible, las que trabajan directamente en la basura y su mundo de vida. La idea de analizar un tema en relación con la basura y las personas que trabajan y subsisten de ella, surge en el año 2011 a partir de la experiencia en el proyecto denominado “inclusión social de los pepenadores de Mexicali”1 . Los pepenadores son personas o grupos que recuperan de la basura materiales que consideran tienen valor, para luego comercializarlos a las empresas recicladoras. Está práctica es conocida en el imaginario colectivo como pepena 2 y es una estrategia utilizada con el propósito de auto emplearse o generar un ingreso. La participación en el proyecto me permitió conocer de manera extensa el trabajo que realizan los pepenadores, sus motivaciones y el rol que tienen en la cadena del reciclaje. Sin embargo, y de manera retrospectiva, un acontecimiento que marcaría la pauta para hacer de la basura un objeto en disputa tiene como escenario el proceso de concesión3 del servicio público4 de la basura al sector privado en el año 2010. A partir de ese evento, distintos actores de la política, corporaciones y asociaciones filantrópicas dentro y fuera de Mexicali interactúan en un vaivén por dirigir el futuro de la pepena El proceso de trasformación de la pepena inicia con una serie de cambios para los pepenadores, un ejemplo es: la desposesión del control de la basura, la transformación de la pepena tradicional5 , a una propuesta de producción con mayor tecnología, (propuesta de separación y recuperación de la basura con máquinas de largas bandas) y el traslado de su práctica en un nuevo espacio urbano (estación de transferencia Xochimilco en la ciudad de Mexicali) 6 . Como respuesta a lo anterior, los grupos de pepenadores; sindicalizados y libres, llevaron a cabo varios plantones frente a las oficinas municipales del ayuntamiento, cómo forma de protesta y con el propósito de conservar su fuente de trabajo y organización social. En los próximos meses se restablecían las negociaciones con autoridades del orden público, la empresa concesionaria y el gremio de pepenadores; estos últimos entrarían al mencionado esquema bajo la supervisión de las autoridades municipales con miras a salvaguardar su trabajo frente a la empresa. El primer año, un nuevo mandato propuesto por la compañía incluyó la implementación de un proyecto de responsabilidad ambiental. Se trataba de incluir7 en los procesos del reciclaje a los pepenadores, promovido y financiado por multinacionales y organizaciones no gubernamentales con presencia en México, tales como Danone, Bonafont, Fundación Mundo Sustentable y Ecosystem, entre otras (Danone, s.f.). De inicio las recomendaciones y propuestas de los actores dejaban entrever objetivos afines con los intereses de los pepenadores, todo bajo el lema “inclusión social del reciclador” (Figura 1). Imagen del sitio de internet donde argumentan “mejora de la condición social del pepenador en Mexicali. No obstante, el propósito final para el intercambio de recursos era la obtención de mayores volúmenes de plástico y ganancias como resultado de la pepena. Lo acordado por el gremio de pepenadores posibilitaba la dignificación de su trabajo a través de la inversión en el aspecto social; planes educativos, apertura de un comedor para el tiempo libre y regaderas, espacios deportivos, áreas verdes y mejora de las condiciones con la construcción de una plancha industrial. Al cabo de dos años de iniciado el proyecto (2013), diversos eventos vinculados con la disputa de la basura originó de nuevo una serie de protestas y plantones por los grupos de la basura que dejaron entrever nuevos conflictos. Un acercamiento al conflicto de la pepena, es decir de la recuperación de reciclables, fue a partir de la perspectiva de los informantes de acuerdo a las premisas de la investigación cualitativa, (Sampieri, 2014), los cambios experimentados a causa de la privatización: percibían una pérdida de autonomía de grupo y dignidad humana, así como narraban ser parte de una nueva forma de explotación como muestra el relato de Kike “¿qué si estamos mejor? yo no sé qué es estar mejor, ¡ahora trabajamos más, ganamos menos y andamos bien estresados!(entrevista abril 2013). El aumento en la jornada de trabajo, la disminución de los precios de compra de los materiales que representan su ingreso8 y diversas prácticas empresariales como dispositivos de control mermaban el sentido del grupo. Por lo anterior, surge el interés por comprender lo que denominó “cultura de la pepena” 9 y la lógica de nuevas configuraciones de resistencia en Mexicali. En tal caso, es necesario conocer el proceso de transformación del mercado de la basura y sus interconexiones con el fenómeno de la recuperación de residuos, la actividad que realizan los recuperadores informales, como ya se les denomina en el discurso hegemónico del reciclaje.
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Colección de Tesis HV4534 M67 2016 (Browse shelf(Abre debajo)) 1 Disponible IIC007550

Doctorado en estudios socioculturales.

Tesis (Doctorado) - Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, Mexicali, 2016.

Incluye referencias bibliográficas.

Dentro del mundo de la investigación social con frecuencia escuchamos temas relevantes acerca de la basura y la pertinencia de su recuperación para mejorar el Medio Ambiente a través del reciclaje. Sin embargo, pocos son los estudios que profundizan sobre aquellas personas que lo hacen posible, las que trabajan directamente en la basura y su mundo de vida. La idea de analizar un tema en relación con la basura y las personas que trabajan y subsisten de ella, surge en el año 2011 a partir de la experiencia en el proyecto denominado “inclusión social de los pepenadores de Mexicali”1 . Los pepenadores son personas o grupos que recuperan de la basura materiales que consideran tienen valor, para luego comercializarlos a las empresas recicladoras. Está práctica es conocida en el imaginario colectivo como pepena 2 y es una estrategia utilizada con el propósito de auto emplearse o generar un ingreso. La participación en el proyecto me permitió conocer de manera extensa el trabajo que realizan los pepenadores, sus motivaciones y el rol que tienen en la cadena del reciclaje. Sin embargo, y de manera retrospectiva, un acontecimiento que marcaría la pauta para hacer de la basura un objeto en disputa tiene como escenario el proceso de concesión3 del servicio público4 de la basura al sector privado en el año 2010. A partir de ese evento, distintos actores de la política, corporaciones y asociaciones filantrópicas dentro y fuera de Mexicali interactúan en un vaivén por dirigir el futuro de la pepena El proceso de trasformación de la pepena inicia con una serie de cambios para los pepenadores, un ejemplo es: la desposesión del control de la basura, la transformación de la pepena tradicional5 , a una propuesta de producción con mayor tecnología, (propuesta de separación y recuperación de la basura con máquinas de largas bandas) y el traslado de su práctica en un nuevo espacio urbano (estación de transferencia Xochimilco en la ciudad de Mexicali) 6 . Como respuesta a lo anterior, los grupos de pepenadores; sindicalizados y libres, llevaron a cabo varios plantones frente a las oficinas municipales del ayuntamiento, cómo forma de protesta y con el propósito de conservar su fuente de trabajo y organización social. En los próximos meses se restablecían las negociaciones con autoridades del orden público, la empresa concesionaria y el gremio de pepenadores; estos últimos entrarían al mencionado esquema bajo la supervisión de las autoridades municipales con miras a salvaguardar su trabajo frente a la empresa. El primer año, un nuevo mandato propuesto por la compañía incluyó la implementación de un proyecto de responsabilidad ambiental. Se trataba de incluir7 en los procesos del reciclaje a los pepenadores, promovido y financiado por multinacionales y organizaciones no gubernamentales con presencia en México, tales como Danone, Bonafont, Fundación Mundo Sustentable y Ecosystem, entre otras (Danone, s.f.). De inicio las recomendaciones y propuestas de los actores dejaban entrever objetivos afines con los intereses de los pepenadores, todo bajo el lema “inclusión social del reciclador” (Figura 1). Imagen del sitio de internet donde argumentan “mejora de la condición social del pepenador en Mexicali. No obstante, el propósito final para el intercambio de recursos era la obtención de mayores volúmenes de plástico y ganancias como resultado de la pepena. Lo acordado por el gremio de pepenadores posibilitaba la dignificación de su trabajo a través de la inversión en el aspecto social; planes educativos, apertura de un comedor para el tiempo libre y regaderas, espacios deportivos, áreas verdes y mejora de las condiciones con la construcción de una plancha industrial. Al cabo de dos años de iniciado el proyecto (2013), diversos eventos vinculados con la disputa de la basura originó de nuevo una serie de protestas y plantones por los grupos de la basura que dejaron entrever nuevos conflictos. Un acercamiento al conflicto de la pepena, es decir de la recuperación de reciclables, fue a partir de la perspectiva de los informantes de acuerdo a las premisas de la investigación cualitativa, (Sampieri, 2014), los cambios experimentados a causa de la privatización: percibían una pérdida de autonomía de grupo y dignidad humana, así como narraban ser parte de una nueva forma de explotación como muestra el relato de Kike “¿qué si estamos mejor? yo no sé qué es estar mejor, ¡ahora trabajamos más, ganamos menos y andamos bien estresados!(entrevista abril 2013). El aumento en la jornada de trabajo, la disminución de los precios de compra de los materiales que representan su ingreso8 y diversas prácticas empresariales como dispositivos de control mermaban el sentido del grupo. Por lo anterior, surge el interés por comprender lo que denominó “cultura de la pepena” 9 y la lógica de nuevas configuraciones de resistencia en Mexicali. En tal caso, es necesario conocer el proceso de transformación del mercado de la basura y sus interconexiones con el fenómeno de la recuperación de residuos, la actividad que realizan los recuperadores informales, como ya se les denomina en el discurso hegemónico del reciclaje.

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