Reconfiguraciones de la feminidad en el ciberespacio, mujeres cabronas en Baja California. [recurso electrónico] / Samara Gisela Serrano Beltrán ; director Julio Ernesto Guerrero Mondaca.

Por: Serrano Beltrán, Samara GiselaColaborador(es): Guerrero Mondaca, Julio Ernesto [dir.] | Universidad Autónoma de Baja California. Instituto de Investigaciones Culturales--MuseoTipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: Mexicali, Baja California, 2016Descripción: 1 recurso en línea ; 128 p. : il. colTema(s): Feminismo -- Tesis y disertaciones académicas | Violencia de género -- Tesis y disertaciones académicasClasificación LoC:HQ1155 | S47 2016Recursos en línea: Tesis digitalTexto Nota de disertación: Tesis (Maestría) - Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, Mexicali, 2016. Resumen: En una sala pequeña de usos múltiples me propongo llevar a cabo la sesión terapéutica del día. Mientras espero, observo mi libreta de apuntes para corroborar la hora de asistencia de mi paciente. Junto a ella se encuentra un formato estandarizado que indica el motivo de consulta: violencia física y psicológica por parte de su pareja. Después de quince minutos de la hora indicada escucho que se acerca una mujer agitada por caminar con prisa. De forma tímida, pero con una expresión amable y una sonrisa me pregunta si puede pasar. Bajo su brazo tiene un libro un poco desgastado, como si lo hubiera leído varias veces (me pregunto si ese libro formará parte de la sesión de hoy). Janeth, de aspecto joven, se sienta y ya un poco más calmada se disculpa por haber llegado tarde. Mira hacia un extremo de la sala y culpa al camión por su tardanza. Es la tercera sesión y la veo un poco más emocionada, como si estuviera aguardando algo que decirme. Voltea hacia mí y me dice: ¨mire, este es el libro del que le había dicho¨: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? de tapete a chica de ensueño. De esta forma sucede mi primer acercamiento a la presente investigación. En el año 2013 Janeth es parte de un grupo de mujeres que atendí como terapeuta durante mis prácticas profesionales en un centro de salud en Mexicali, Baja California. Estas mujeres diferían en edad, ocupación, gustos y pasatiempos. Lo que compartían en común aparentemente era solo una cosa: haber vivido violencia de género. Sin importar el tipo (física, emocional, patrimonial o económica) el programa tenía como función trabajar emocionalmente la situación vivida, y al mismo tiempo dar información para entender y tratar de evitar cualquier tipo de violencia. Esto me llevó a reflexionar una posible relación entre la situación de violencia de género en México, y la popularización que le brindaron los medios al término de mujer cabrona. En el periodo del año 2013 a 2014 mis pacientes comentaban que ser cabrona había cambiado su idea sobre lo que es ser una mujer. Al parecer les había mostrado una fuerza en su interior para lograr sus objetivos, y al mismo tiempo modificarón mandatos o condiciones que antes percibían obligatorios a cumplir como mujeres. Por ejemplo, el hacerse completamente cargo de los hijos y de la limpieza de su casa, no salir a la ciudad a determinadas horas, ser calladas, vestirse de determinada forma, entre otras. Por lo que adoptar esta representación provocó cambios en sus vidas. Al parecer las técnicas o relatos que brindaba la autora fortalecían la idea de no doblegarse a depender o ser violentada por la pareja o cualquier otra persona. Al principio no le tomé mucha importancia y lo veía solamente como un libro más de autoayuda que habían encontrado. La insistencia del tema por parte de un grupo considerable de mujeres y narraciones en las que desafiaban mandatos de género que al principio tenían internalizados, provocó en mí curiosidad sobre el significado de ser una mujer cabrona actualmente. Me pregunté si realmente esta figura generaba una emancipación a los mandatos que fomentan cualquier tipo de violencia de género. Decidí leer estos libros tan consultados: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? De tapete a chica de ensueño (Argov, S. 2010) y Guía para ser una perfecta cabrona (Hilts, E. 2005), y traté de identificar el significado de cabrona para las autoras. Sherry Argov, menciona: ¨la cabrona es una mujer poderosa que obtiene una gran fuerza de su capacidad para pensar de forma independiente, en especial en un mundo que sigue enseñándoles a las mujeres a ser abnegadas¨ (2010, p. 15). Elizabeth Hilts, propone estar en sintonía con esta figura: ¨el estar en contacto con tu ¨Cabrona Interior¨ elimina el resentimiento porque te hace libre de decir ´no´¨ (2005, p.11). Me pareció que las autoras habían elaborado una especie de guía para independizar a la mujer del hombre concentrándose en el ámbito emocional y de pareja. Al principio tuve un choque de ideas sobre mi concepción de ser llamada o considerarse cabrona que me motivó de sobremanera a seguir reflexionando acerca del tema. Esto es porque factores como ser mujer, y haber vivido con el concepto de cabrona tradicional involucran una serie de prejuicios que tenía que desconectar primero para poder entender este fenómeno. Para comprender mi posicionamiento de rechazo inicial, tuve que elaborar dudas sobre lo que he aprendido a través de lo que me rodea culturalmente, cómo me relaciono con mi familia y amigos, mi formación escolar, religiosa así como todo lo anterior contribuye a construir mi idea y condición de ser mujer. Este proceso exhaustivo de reflexión me hizo entender que, para poder conocer a fondo esta figura, es necesario observar sin preconceptos. Abandoné mi noción anterior que la observaba solamente como un recurso motivacional para mujeres, y comencé a preguntarme: ¿qué es lo que está detrás de todo esto? Lo que aparentemente es invisible a nuestros ojos. Una de mis premisas al iniciar este trabajo de investigación era la posibilidad de entender a la figura de la mujer cabrona como una respuesta hacia la violencia de género, muchas veces invisibilizada en nuestro contexto cultural. Me di cuenta que, para obtener una reflexión más profunda y objetiva, tenía que afinar mis preguntas y organizar mis ideas. Mis primeras preguntas de acercamiento a este tema fueron varias. Desde un punto de vista general pensé: ¿Por qué estos libros tuvieron tanta popularidad internacionalmente?, después de ver el contenido de los libros relacioné el contexto social y cultural en el que nos desenvolvemos: ¿qué es lo que está pasando culturalmente para que grupos de mujeres estén interesadas en una guía que te indique como ser una mujer libre? Existen representaciones culturales que tienen una función a partir de lo que vivimos y persisten en nuestra cultura gracias a la comunicación de diversas formas en el mundo social; entonces: ¿qué es lo que provee la figura de la cabrona a la mujer mexicana?, ¿cómo es que esta representación persiste a través de las críticas? En el proceso a resolver estas dudas comencé a buscar mujeres adscritas a esta representación e interpretar lo que ellas entendían sobre lo que es ser una mujer cabrona. Sin embargo; buscándolas me sorprendí de que una gran cantidad de mujeres identificadas con esta figura expresan su empatía compartiendo información con diferentes usuarios en redes sociales virtuales (Facebook, Pinterest, YouTube, Twitter, Instagram, entre otros.) Específicamente en Facebook encontré una diversidad de grupos que se identifican o que comparten algunas características denominadas a la mujer cabrona. En estos grupos publican memes, fotografías, videos y publicaciones con opiniones personales y hacia otros usuarios. Y que, parecería ser que en estas interacciones surgen temáticas de género e intercambian puntos de vista a través de sus experiencias individuales. Mientras más me adentraba y veía grupos, se agregaban preguntas alrededor de mi tema de investigación ¿Será que la adscripción de una gran cantidad de mujeres a esta figura es porque infringe normas de género tradicionales?, siendo así, ¿a cuáles normas de género se revelan? Agregando el contexto del ciberespacio también fue necesario preguntarme ¿cómo es que interviene el uso de las redes sociales virtuales en esta representación? Y específicamente, ¿qué provee el uso de Facebook haciéndolo un sitio idóneo para el usuario que se identifica con la imagen de mujer cabrona? A partir de esto, la investigación giró en torno al medio virtual. Inicié un grupo en Facebook llamado ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ con el fin de encontrar a mujeres que compartieran sus puntos de vista sobre el tema. De este modo podría ser parte del espacio en el que plasman su representación, y al mismo tiempo conocerlas, analizar cómo esta figura interviene en la percepción que tienen sobre su género y como lo viven en sus experiencias diarias. Viendo páginas en la Internet sobre mujeres cabronas, observé frases que parecían asignar un diferente significado al concepto. Parecía una forma de expresión contestataria de poder femenino: “Nací cabrona porque pendejas ya había muchas… ¡feminismo puro y duro!”. (Recuperado de página de Facebook: ¨Viejas Cabronas¨, consultada el 14 de octubre de 2014). frases como esta que encontré en la Internet, me llevan a pensar si la mujer cabrona actualmente es una forma de feminismo en el contexto mexicano. Entonces mi planteamiento inicial ubicó a esta representación como parte de una estrategia contestataria colectiva a través de las redes sociales virtuales que les ayudaba a revelarse contra las reglas tradicionales de la feminidad en las que estaban envueltas, y de este modo desafiar la opresión de género vivida. Sin embargo, en el transcurso de la investigación, y a partir de información recabada en el trabajo de campo observé que estas mujeres adoptaban el discurso de la cabrona de forma estratégica. Es decir, el uso de esta representación era solamente en ciertos espacios dentro y fuera del ciberespacio. Esto me hizo preguntarme, ¿desde dónde hablan estas mujeres? Expresaron que el motivo de su adscripción estratégica es porque no están de acuerdo con otras formas de representación atribuidas a la mujer cabrona. Para ellas, el mundo virtual funciona como un sitio idóneo para expresar su adscripción a esta figura. Y al parecer es solamente en grupos virtuales en donde pueden afiliarse con otras mujeres que comparten un imaginario de la cabrona similar, uno en donde se sienten identificadas. infringe normas de género tradicionales?, siendo así, ¿a cuáles normas de género se revelan? Agregando el contexto del ciberespacio también fue necesario preguntarme ¿cómo es que interviene el uso de las redes sociales virtuales en esta representación? Y específicamente, ¿qué provee el uso de Facebook haciéndolo un sitio idóneo para el usuario que se identifica con la imagen de mujer cabrona? A partir de esto, la investigación giró en torno al medio virtual. Inicié un grupo en Facebook llamado ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ con el fin de encontrar a mujeres que compartieran sus puntos de vista sobre el tema. De este modo podría ser parte del espacio en el que plasman su representación, y al mismo tiempo conocerlas, analizar cómo esta figura interviene en la percepción que tienen sobre su género y como lo viven en sus experiencias diarias. Viendo páginas en la Internet sobre mujeres cabronas, observé frases que parecían asignar un diferente significado al concepto. Parecía una forma de expresión contestataria de poder femenino: “Nací cabrona porque pendejas ya había muchas… ¡feminismo puro y duro!”. (Recuperado de página de Facebook: ¨Viejas Cabronas¨, consultada el 14 de octubre de 2014). frases como esta que encontré en la Internet, me llevan a pensar si la mujer cabrona actualmente es una forma de feminismo en el contexto mexicano. Entonces mi planteamiento inicial ubicó a esta representación como parte de una estrategia contestataria colectiva a través de las redes sociales virtuales que les ayudaba a revelarse contra las reglas tradicionales de la feminidad en las que estaban envueltas, y de este modo desafiar la opresión de género vivida. Sin embargo, en el transcurso de la investigación, y a partir de información recabada en el trabajo de campo observé que estas mujeres adoptaban el discurso de la cabrona de forma estratégica. Es decir, el uso de esta representación era solamente en ciertos espacios dentro y fuera del ciberespacio. Esto me hizo preguntarme, ¿desde dónde hablan estas mujeres? Expresaron que el motivo de su adscripción estratégica es porque no están de acuerdo con otras formas de representación atribuidas a la mujer cabrona. Para ellas, el mundo virtual funciona como un sitio idóneo para expresar su adscripción a esta figura. Y al parecer es solamente en grupos virtuales en donde pueden afiliarse con otras mujeres que comparten un imaginario de la cabrona similar, uno en donde se sienten identificadas. Otro elemento que se observó durante la etnografía virtual, fueron las motivaciones que originan el debate sobre lo que significa ser una mujer cabrona. Dentro de la cultura global de consumo se crean diferentes representaciones femeninas que suponen hablar de un empoderamiento o fuerza de la mujer, pero que también funcionan como modelos preconcebidos desde otras culturas, y que refuerzan a través de un performance los mismos patrones de una feminidad heteronormativa que ubica a la mujer en una posición inferior y dispuesta a complacer a la mirada masculina. Esto se puede observar a través de múltiples representaciones en imágenes de mujeres cabronas que se difunden en las redes sociales virtuales (Figura 3, 4 y 5). En todo caso, después de una revisión exhaustiva de las diferentes significaciones que existen de la mujer cabrona, me basé en el imaginario de las mujeres entrevistadas en el grupo virtual ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ creado en Facebook. Como toda investigación, desde una postura metodológica, es necesario deslindarse del fenómeno para poderlo abordar. Por lo que se señaló que la mujer cabrona no es una representación idealizada o la identidad de la mujer actual para eliminar la opresión genérica que vivimos. Especifico mi postura para no generar dudas en cuanto a mi posición respecto al tema. Personalmente quisiera señalar que mi objetivo fue ver a la cabrona como un performance de género. Conocer las razones del surgimiento de esta representación femenina, su relación con el ciberespacio y su impacto cultural. Actualmente la mujer cabrona es ridiculizada y nombrada en forma de burlas como: ¨mujer luchona¨, ¨ardida¨, ¨puta¨, ¨ridícula¨, ¨mujer irresponsable¨, ¨feminazi¨, entre otras, y mi intención fue conocer la razón de esta resignificación y uso en las redes sociales virtuales, saber lo que el concepto de mujer cabrona desestabiliza en las interacciones relacionadas con los temas entre hombres y mujeres. En este proceso recibí diversos comentarios en forma de burlas que dejaban ver mis prejuicios iniciales sobre ser una mujer cabrona. Puede que los libros lo hayan utilizado solamente como una forma estratégica de mercadotecnia. Sin embargo, al darles voz y escuchar a mujeres que se perciben a sí mismas como cabronas, pude ver la construcción de un imaginario en el que esta representación funciona como un recurso que les da fuerza y poder para sobrevivir en su mundo. Y que la desacreditación es un factor que provoca que mujeres se limiten, y solamente se expresen en ciertos espacios (por ejemplo, las redes sociales virtuales). Por lo que, desde esta perspectiva, la mujer cabrona visibiliza la necesidad de desestabilizar y reconfigurar la lógica sobre qué es lo debidamente femenino y masculino, así como también, nos invita a dejar de ver como natural el lugar de privilegio y poder en el que el hombre históricamente ha estado posicionado. Finalmente, la intención de esta investigación fue responder cómo la representación cultural de la mujer cabrona configura el performance de género en ellas, y cómo es que Facebook interviene como medio de interacción. La presente investigación fue realizada durante el curso de la maestría en Estudios Socioculturales en el Instituto de Investigaciones Culturales de la Universidad Autónoma de Baja California. Anterior a eso estudié la carrera de psicología en la Facultad de Ciencias Humanas de la misma universidad. En ese periodo ejercí la profesión de psicoterapeuta en un centro de salud con mujeres que vivieron o se encontraban en una situación de violencia de género, siendo el origen de mi aproximación con el tema de mujeres cabronas. Finalmente me sitúo como una psicóloga e investigadora social interesada en los estudios de género y su mediación a través de la tecnología, y espero que la presente investigación sea de ayuda para la comprensión de este fenómeno tan polémico para algunos y humorístico para otros; pero que es una prueba más de un debate cultural que exige cambios en nuestro posicionamiento sobre como percibimos y actuamos nuestro género, así como también una reflexión y análisis de nuestra percepción sobre lo que es considerado como femenino y masculino socialmente. Respecto a la estructura del documento, la tesis está organizada en seis capítulos. El primer capítulo refiere a la introducción de la investigación. En ella se habla sobre la aproximación al tema de estudio y sobre el problema de investigación. El segundo capítulo es el marco teórico. El cual refiere a una revisión de las tres categorías utilizadas para sustentar teóricamente la investigación siendo género, representaciones y ciberespacio. El tercer capítulo se compone del apartado metodológico. Este apartado trata sobre el método de análisis y las técnicas de recolección de datos. El cuarto capítulo corresponde al análisis de las entrevistas realizadas. En él se interpreta el performance de la mujer cabrona en la vida diaria a través del discurso de las entrevistadas, y sus usos a través de Facebook. Finalmente, el quinto y último capítulo son consideraciones finales y algunas conclusiones personales del trabajo.
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Tesis Centro de Documentación y Archivos Digitales de IIC-Museo
Colección de Tesis HQ1155 S47 2016 (Browse shelf(Abre debajo)) 1 Disponible IIC007538

Maestría en estudios socioculturales

Tesis (Maestría) - Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, Mexicali, 2016.

Incluye referencias bibliográficas.

En una sala pequeña de usos múltiples me propongo llevar a cabo la sesión terapéutica del día. Mientras espero, observo mi libreta de apuntes para corroborar la hora de asistencia de mi paciente. Junto a ella se encuentra un formato estandarizado que indica el motivo de consulta: violencia física y psicológica por parte de su pareja. Después de quince minutos de la hora indicada escucho que se acerca una mujer agitada por caminar con prisa. De forma tímida, pero con una expresión amable y una sonrisa me pregunta si puede pasar. Bajo su brazo tiene un libro un poco desgastado, como si lo hubiera leído varias veces (me pregunto si ese libro formará parte de la sesión de hoy). Janeth, de aspecto joven, se sienta y ya un poco más calmada se disculpa por haber llegado tarde. Mira hacia un extremo de la sala y culpa al camión por su tardanza. Es la tercera sesión y la veo un poco más emocionada, como si estuviera aguardando algo que decirme. Voltea hacia mí y me dice: ¨mire, este es el libro del que le había dicho¨: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? de tapete a chica de ensueño. De esta forma sucede mi primer acercamiento a la presente investigación. En el año 2013 Janeth es parte de un grupo de mujeres que atendí como terapeuta durante mis prácticas profesionales en un centro de salud en Mexicali, Baja California. Estas mujeres diferían en edad, ocupación, gustos y pasatiempos. Lo que compartían en común aparentemente era solo una cosa: haber vivido violencia de género. Sin importar el tipo (física, emocional, patrimonial o económica) el programa tenía como función trabajar emocionalmente la situación vivida, y al mismo tiempo dar información para entender y tratar de evitar cualquier tipo de violencia. Esto me llevó a reflexionar una posible relación entre la situación de violencia de género en México, y la popularización que le brindaron los medios al término de mujer cabrona. En el periodo del año 2013 a 2014 mis pacientes comentaban que ser cabrona había cambiado su idea sobre lo que es ser una mujer. Al parecer les había mostrado una fuerza en su interior para lograr sus objetivos, y al mismo tiempo modificarón mandatos o condiciones que antes percibían obligatorios a cumplir como mujeres. Por ejemplo, el hacerse completamente cargo de los hijos y de la limpieza de su casa, no salir a la ciudad a determinadas horas, ser calladas, vestirse de determinada forma, entre otras. Por lo que adoptar esta representación provocó cambios en sus vidas. Al parecer las técnicas o relatos que brindaba la autora fortalecían la idea de no doblegarse a depender o ser violentada por la pareja o cualquier otra persona. Al principio no le tomé mucha importancia y lo veía solamente como un libro más de autoayuda que habían encontrado. La insistencia del tema por parte de un grupo considerable de mujeres y narraciones en las que desafiaban mandatos de género que al principio tenían internalizados, provocó en mí curiosidad sobre el significado de ser una mujer cabrona actualmente. Me pregunté si realmente esta figura generaba una emancipación a los mandatos que fomentan cualquier tipo de violencia de género. Decidí leer estos libros tan consultados: ¿Por qué los hombres aman a las cabronas? De tapete a chica de ensueño (Argov, S. 2010) y Guía para ser una perfecta cabrona (Hilts, E. 2005), y traté de identificar el significado de cabrona para las autoras. Sherry Argov, menciona: ¨la cabrona es una mujer poderosa que obtiene una gran fuerza de su capacidad para pensar de forma independiente, en especial en un mundo que sigue enseñándoles a las mujeres a ser abnegadas¨ (2010, p. 15). Elizabeth Hilts, propone estar en sintonía con esta figura: ¨el estar en contacto con tu ¨Cabrona Interior¨ elimina el resentimiento porque te hace libre de decir ´no´¨ (2005, p.11). Me pareció que las autoras habían elaborado una especie de guía para independizar a la mujer del hombre concentrándose en el ámbito emocional y de pareja. Al principio tuve un choque de ideas sobre mi concepción de ser llamada o considerarse cabrona que me motivó de sobremanera a seguir reflexionando acerca del tema. Esto es porque factores como ser mujer, y haber vivido con el concepto de cabrona tradicional involucran una serie de prejuicios que tenía que desconectar primero para poder entender este fenómeno. Para comprender mi posicionamiento de rechazo inicial, tuve que elaborar dudas sobre lo que he aprendido a través de lo que me rodea culturalmente, cómo me relaciono con mi familia y amigos, mi formación escolar, religiosa así como todo lo anterior contribuye a construir mi idea y condición de ser mujer. Este proceso exhaustivo de reflexión me hizo entender que, para poder conocer a fondo esta figura, es necesario observar sin preconceptos. Abandoné mi noción anterior que la observaba solamente como un recurso motivacional para mujeres, y comencé a preguntarme: ¿qué es lo que está detrás de todo esto? Lo que aparentemente es invisible a nuestros ojos. Una de mis premisas al iniciar este trabajo de investigación era la posibilidad de entender a la figura de la mujer cabrona como una respuesta hacia la violencia de género, muchas veces invisibilizada en nuestro contexto cultural. Me di cuenta que, para obtener una reflexión más profunda y objetiva, tenía que afinar mis preguntas y organizar mis ideas. Mis primeras preguntas de acercamiento a este tema fueron varias. Desde un punto de vista general pensé: ¿Por qué estos libros tuvieron tanta popularidad internacionalmente?, después de ver el contenido de los libros relacioné el contexto social y cultural en el que nos desenvolvemos: ¿qué es lo que está pasando culturalmente para que grupos de mujeres estén interesadas en una guía que te indique como ser una mujer libre? Existen representaciones culturales que tienen una función a partir de lo que vivimos y persisten en nuestra cultura gracias a la comunicación de diversas formas en el mundo social; entonces: ¿qué es lo que provee la figura de la cabrona a la mujer mexicana?, ¿cómo es que esta representación persiste a través de las críticas? En el proceso a resolver estas dudas comencé a buscar mujeres adscritas a esta representación e interpretar lo que ellas entendían sobre lo que es ser una mujer cabrona. Sin embargo; buscándolas me sorprendí de que una gran cantidad de mujeres identificadas con esta figura expresan su empatía compartiendo información con diferentes usuarios en redes sociales virtuales (Facebook, Pinterest, YouTube, Twitter, Instagram, entre otros.) Específicamente en Facebook encontré una diversidad de grupos que se identifican o que comparten algunas características denominadas a la mujer cabrona. En estos grupos publican memes, fotografías, videos y publicaciones con opiniones personales y hacia otros usuarios. Y que, parecería ser que en estas interacciones surgen temáticas de género e intercambian puntos de vista a través de sus experiencias individuales. Mientras más me adentraba y veía grupos, se agregaban preguntas alrededor de mi tema de investigación ¿Será que la adscripción de una gran cantidad de mujeres a esta figura es porque infringe normas de género tradicionales?, siendo así, ¿a cuáles normas de género se revelan? Agregando el contexto del ciberespacio también fue necesario preguntarme ¿cómo es que interviene el uso de las redes sociales virtuales en esta representación? Y específicamente, ¿qué provee el uso de Facebook haciéndolo un sitio idóneo para el usuario que se identifica con la imagen de mujer cabrona? A partir de esto, la investigación giró en torno al medio virtual. Inicié un grupo en Facebook llamado ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ con el fin de encontrar a mujeres que compartieran sus puntos de vista sobre el tema. De este modo podría ser parte del espacio en el que plasman su representación, y al mismo tiempo conocerlas, analizar cómo esta figura interviene en la percepción que tienen sobre su género y como lo viven en sus experiencias diarias. Viendo páginas en la Internet sobre mujeres cabronas, observé frases que parecían asignar un diferente significado al concepto. Parecía una forma de expresión contestataria de poder femenino: “Nací cabrona porque pendejas ya había muchas… ¡feminismo puro y duro!”. (Recuperado de página de Facebook: ¨Viejas Cabronas¨, consultada el 14 de octubre de 2014). frases como esta que encontré en la Internet, me llevan a pensar si la mujer cabrona actualmente es una forma de feminismo en el contexto mexicano. Entonces mi planteamiento inicial ubicó a esta representación como parte de una estrategia contestataria colectiva a través de las redes sociales virtuales que les ayudaba a revelarse contra las reglas tradicionales de la feminidad en las que estaban envueltas, y de este modo desafiar la opresión de género vivida. Sin embargo, en el transcurso de la investigación, y a partir de información recabada en el trabajo de campo observé que estas mujeres adoptaban el discurso de la cabrona de forma estratégica. Es decir, el uso de esta representación era solamente en ciertos espacios dentro y fuera del ciberespacio. Esto me hizo preguntarme, ¿desde dónde hablan estas mujeres? Expresaron que el motivo de su adscripción estratégica es porque no están de acuerdo con otras formas de representación atribuidas a la mujer cabrona. Para ellas, el mundo virtual funciona como un sitio idóneo para expresar su adscripción a esta figura. Y al parecer es solamente en grupos virtuales en donde pueden afiliarse con otras mujeres que comparten un imaginario de la cabrona similar, uno en donde se sienten identificadas. infringe normas de género tradicionales?, siendo así, ¿a cuáles normas de género se revelan? Agregando el contexto del ciberespacio también fue necesario preguntarme ¿cómo es que interviene el uso de las redes sociales virtuales en esta representación? Y específicamente, ¿qué provee el uso de Facebook haciéndolo un sitio idóneo para el usuario que se identifica con la imagen de mujer cabrona? A partir de esto, la investigación giró en torno al medio virtual. Inicié un grupo en Facebook llamado ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ con el fin de encontrar a mujeres que compartieran sus puntos de vista sobre el tema. De este modo podría ser parte del espacio en el que plasman su representación, y al mismo tiempo conocerlas, analizar cómo esta figura interviene en la percepción que tienen sobre su género y como lo viven en sus experiencias diarias. Viendo páginas en la Internet sobre mujeres cabronas, observé frases que parecían asignar un diferente significado al concepto. Parecía una forma de expresión contestataria de poder femenino: “Nací cabrona porque pendejas ya había muchas… ¡feminismo puro y duro!”. (Recuperado de página de Facebook: ¨Viejas Cabronas¨, consultada el 14 de octubre de 2014). frases como esta que encontré en la Internet, me llevan a pensar si la mujer cabrona actualmente es una forma de feminismo en el contexto mexicano. Entonces mi planteamiento inicial ubicó a esta representación como parte de una estrategia contestataria colectiva a través de las redes sociales virtuales que les ayudaba a revelarse contra las reglas tradicionales de la feminidad en las que estaban envueltas, y de este modo desafiar la opresión de género vivida. Sin embargo, en el transcurso de la investigación, y a partir de información recabada en el trabajo de campo observé que estas mujeres adoptaban el discurso de la cabrona de forma estratégica. Es decir, el uso de esta representación era solamente en ciertos espacios dentro y fuera del ciberespacio. Esto me hizo preguntarme, ¿desde dónde hablan estas mujeres? Expresaron que el motivo de su adscripción estratégica es porque no están de acuerdo con otras formas de representación atribuidas a la mujer cabrona. Para ellas, el mundo virtual funciona como un sitio idóneo para expresar su adscripción a esta figura. Y al parecer es solamente en grupos virtuales en donde pueden afiliarse con otras mujeres que comparten un imaginario de la cabrona similar, uno en donde se sienten identificadas. Otro elemento que se observó durante la etnografía virtual, fueron las motivaciones que originan el debate sobre lo que significa ser una mujer cabrona. Dentro de la cultura global de consumo se crean diferentes representaciones femeninas que suponen hablar de un empoderamiento o fuerza de la mujer, pero que también funcionan como modelos preconcebidos desde otras culturas, y que refuerzan a través de un performance los mismos patrones de una feminidad heteronormativa que ubica a la mujer en una posición inferior y dispuesta a complacer a la mirada masculina. Esto se puede observar a través de múltiples representaciones en imágenes de mujeres cabronas que se difunden en las redes sociales virtuales (Figura 3, 4 y 5). En todo caso, después de una revisión exhaustiva de las diferentes significaciones que existen de la mujer cabrona, me basé en el imaginario de las mujeres entrevistadas en el grupo virtual ¨Soy mujer y soy cabrona (Mxli)¨ creado en Facebook. Como toda investigación, desde una postura metodológica, es necesario deslindarse del fenómeno para poderlo abordar. Por lo que se señaló que la mujer cabrona no es una representación idealizada o la identidad de la mujer actual para eliminar la opresión genérica que vivimos. Especifico mi postura para no generar dudas en cuanto a mi posición respecto al tema. Personalmente quisiera señalar que mi objetivo fue ver a la cabrona como un performance de género. Conocer las razones del surgimiento de esta representación femenina, su relación con el ciberespacio y su impacto cultural. Actualmente la mujer cabrona es ridiculizada y nombrada en forma de burlas como: ¨mujer luchona¨, ¨ardida¨, ¨puta¨, ¨ridícula¨, ¨mujer irresponsable¨, ¨feminazi¨, entre otras, y mi intención fue conocer la razón de esta resignificación y uso en las redes sociales virtuales, saber lo que el concepto de mujer cabrona desestabiliza en las interacciones relacionadas con los temas entre hombres y mujeres. En este proceso recibí diversos comentarios en forma de burlas que dejaban ver mis prejuicios iniciales sobre ser una mujer cabrona. Puede que los libros lo hayan utilizado solamente como una forma estratégica de mercadotecnia. Sin embargo, al darles voz y escuchar a mujeres que se perciben a sí mismas como cabronas, pude ver la construcción de un imaginario en el que esta representación funciona como un recurso que les da fuerza y poder para sobrevivir en su mundo. Y que la desacreditación es un factor que provoca que mujeres se limiten, y solamente se expresen en ciertos espacios (por ejemplo, las redes sociales virtuales). Por lo que, desde esta perspectiva, la mujer cabrona visibiliza la necesidad de desestabilizar y reconfigurar la lógica sobre qué es lo debidamente femenino y masculino, así como también, nos invita a dejar de ver como natural el lugar de privilegio y poder en el que el hombre históricamente ha estado posicionado. Finalmente, la intención de esta investigación fue responder cómo la representación cultural de la mujer cabrona configura el performance de género en ellas, y cómo es que Facebook interviene como medio de interacción. La presente investigación fue realizada durante el curso de la maestría en Estudios Socioculturales en el Instituto de Investigaciones Culturales de la Universidad Autónoma de Baja California. Anterior a eso estudié la carrera de psicología en la Facultad de Ciencias Humanas de la misma universidad. En ese periodo ejercí la profesión de psicoterapeuta en un centro de salud con mujeres que vivieron o se encontraban en una situación de violencia de género, siendo el origen de mi aproximación con el tema de mujeres cabronas. Finalmente me sitúo como una psicóloga e investigadora social interesada en los estudios de género y su mediación a través de la tecnología, y espero que la presente investigación sea de ayuda para la comprensión de este fenómeno tan polémico para algunos y humorístico para otros; pero que es una prueba más de un debate cultural que exige cambios en nuestro posicionamiento sobre como percibimos y actuamos nuestro género, así como también una reflexión y análisis de nuestra percepción sobre lo que es considerado como femenino y masculino socialmente. Respecto a la estructura del documento, la tesis está organizada en seis capítulos. El primer capítulo refiere a la introducción de la investigación. En ella se habla sobre la aproximación al tema de estudio y sobre el problema de investigación. El segundo capítulo es el marco teórico. El cual refiere a una revisión de las tres categorías utilizadas para sustentar teóricamente la investigación siendo género, representaciones y ciberespacio. El tercer capítulo se compone del apartado metodológico. Este apartado trata sobre el método de análisis y las técnicas de recolección de datos. El cuarto capítulo corresponde al análisis de las entrevistas realizadas. En él se interpreta el performance de la mujer cabrona en la vida diaria a través del discurso de las entrevistadas, y sus usos a través de Facebook. Finalmente, el quinto y último capítulo son consideraciones finales y algunas conclusiones personales del trabajo.

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