Respuesta agronómica del chile habanero (capsicum chinense jacq.) ante la infección con Tospovirus y alternativas para su manejo Ariana Isabel Torres Bojórquez; director. Lourdes Cervantes Díaz [recurso electrónico] /

Por: Torres Bojórquez, Ariana IsabelColaborador(es): Cervantes Díaz, Lourdes, dir | Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Ciencias AgrícolasTipo de material: TextoTextoDetalles de publicación: Mexicali,Baja California. 2016Descripción: 1 recurso en línea ; 119 p. : il. colTema(s): Chile habanero cultivo -- Tesis y disertaciones académicasClasificación LoC:SB307.P4 | T67 2016Recursos en línea: Tesis digitalTexto Nota de disertación: Tesis (Doctorado) - Universidad Autónoma de Baja California. Instituto de Ciencias Agrícolas, Mexicali, 2016. Resumen: México figura entre los principales productores y exportadores de hortalizas en el mundo, se posiciona en el cuarto lugar a nivel mundial y el primero en el continente. Otros exportadores importantes son: China, India, España, Países Bajos, Bélgica, Francia, y Canadá; los diez principales productores de hortalizas suman alrededor de 70% de la producción mundial de hortalizas. Por otro lado, México tiene una gran riqueza de climas y ecosistemas que permiten la adecuada producción de hortalizas a lo largo todo el año, lo cual constituye una de las principales ventajas ante otros países productores potenciales. En la república mexicana se producen alrededor de 70 especies de hortalizas diferentes. No obstante, las aéreas de producción agrícolas están en su mayoría destinadas al cultivo de cereales y otros productos agronómicos, sin embargo, las hortalizas representan un mayor valor comercial. De las 49 especies hortícolas que se producen a nivel comercial en México, el 57% se concentra en la región bajío y noroeste (FAO, 2016; Financiera Rural, 2008). La producción de hortalizas en nuestro país se caracteriza por tener un nivel de tecnificación mediano o alto (Costa y Giacomelli, 2005), para el periodo 2000-2005 en promedio el 89.3% de la producción se realizó bajo sistemas de riego y sólo el 10.7% en temporal. Los principales cultivos de riego a nivel de entidad por lo general suman poco más del 30% de la superficie sembrada de hortalizas. En 2001 en el mundo existían alrededor de 280 mil hectáreas dedicadas al cultivo de hortalizas y floricultura de ambiente controlado, ese año México contaba con 748 hectáreas de hortalizas, sin embargo, en la actualidad se cuentan con alrededor de 20 mil hectáreas (Avendaño-Ruiz y SchwentesiusRindermann, 2005; Financiera Rural, 2008; OEIDRUS, 2009; Avendaño-Ruíz et al., 2013). La agricultura protegida atrae la atención debido a que bajo ésta práctica algunos cultivos presentan volúmenes de producción superiores a los obtenidos en campo abierto. Su función es la de modificar total o parcialmente aquellas condiciones de clima que son adversas, además de racionar agua y fertilizantes de acuerdo al estado de desarrollo de las plantas; esto se conlleva a incrementos significativos de producción, tanto en cantidad como en calidad. Otra de sus ventajas es que permite programar y manipular la relación con los momentos de cosecha, los cuales se pueden planear de acuerdo al comportamiento del mercado, permitiendo al productor posicionarse en mercados no solo locales, sino regionales, nacionales y hasta internacionales, dependiendo de la demanda de los mismos. Estas características la convierten en un sistema de producción creciente y necesario para la economía de México (INEGI, 2007; OEIDRUS, 2009; Moreno-Reséndez et al., 2011). La región agrícola de Baja California es especialmente prometedora en la producción de hortalizas, y aunque no se considera como un estado puramente agrícola, es responsable de una buena parte de la producción total de las mismas del país, además de esto, se encuentra incursionando en la implementación de nuevas tecnologías en las cuales destacan el uso de sistemas de producción protegidos como invernaderos y casa sombras, esto con la finalidad de aumentar el rendimiento por unidad de área y obtener productos de mayor calidad (Financiera Rural; 2008; OEIDRUS, 2009; Avendaño-Ruiz y Schwentesius-Rindermann, 2005; Moreno-Reséndez et al., 2011). La producción de hortalizas bajo sistemas protegidos es un sistema alternativo que, en la región, aún no se ha desarrollado como se esperaba debido a factores como: la falta de recursos humanos calificados en esta área, el alto costo de la tecnología existente y la falta de instituciones que desarrollen investigación de apoyo para este sector (Financiera Rural, 2008; OEIDRUS, 2011; Moreno-Reséndez et al., 2011). No obstante, las ventajas generales de esta técnica de producción son: demanda creciente, un mejor control ambiental, uso eficiente del agua, producción constante, rendimientos superiores, y la generación de empleos constantes. Sobre las desventajas de estos sistemas se menciona que a pesar de que la producción bajo sistemas de agricultura protegida es superior, sus costos son comparativamente elevados, concretamente los energéticos y la inversión inicial. También se debe tener en consideración que las ventajas obtenida por las condiciones ambientales dentro del invernadero son favorables a las plantas para que su expresión y producción, también lo son para la presencia y daño por plagas y enfermedades, por lo cual se deben implementar medidas preventivas y correctivas, pues estos agentes pueden acabar con el cultivo en su totalidad en corto tiempo (Financiera Rural, 2008, OEIDRUS, 2011). Ante esto, la cantidad y calidad de la producción de cultivos hortícolas se ve amenazada por la presencia de problemas fitosanitarios tales como plagas y enfermedades, no obstante que los sistemas de producción de agricultura protegida disminuyan la incidencia de las mismas, el problema es latente. Los problemas fitopatológicos presentes en la región pueden ser del tipo fúngico, bacteriano, viral, fisiológico o incluso provocados por fitoplasmas. Estas enfermedades pueden presentarse aisladas o en conjunto, formando síndromes, los cuales son uno de los retos más importantes en los sistemas de producción de nuestro país, debido a que no se cuenta con un sistema de detección estandarizado eficaz y oportuno de los mismos, ya que la sintomatología entre algunas de estas enfermedades es muy similar y no presenta características microscópicas ni macroscópicas altamente diferenciales. Los problemas fitosanitarios provocados por estos agentes biológicos, y sus graves secuelas económicas, pueden disminuirse enormemente a través del diagnóstico preciso y oportuno de las enfermedades que surgen en los campos agrícolas, lo que permite adoptar de manera rápida medidas para controlar la propagación de los patógenos. Al respecto, en el desarrollo de técnicas para el diagnóstico de enfermedades, ha sido prioritario en la agricultura de países avanzados, pero en México estas tecnologías no se encuentran bien desarrolladas y se usan de modo esporádico y en pequeña escala. Por lo tanto, esta investigación se orienta a la identificación de los principales agentes causales de enfermedades virales que atacan al chile habanero (Capsicum chinense Jacq.), hortaliza de reciente introducción al estado y de reconversión, ya que es urgente y necesaria su identificación temprana y oportuna, pues esta es una forma de minimizar y prevenir las enfermedades causadas por los mismos; por otra parte, este estudio se enfoca en estudiar estrategias de disminución incidencia y enmascaramiento de síntomas. De esta forma, con un diagnóstico temprano de enfermedades y el conocimiento de alternativas para su control, es posible controlar los puntos críticos de las mismas y corregirlos a tiempo garantizando la cantidad y calidad en los productos agrícolas.
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Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Colección Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Tesis Instituto de Ciencias Agrícolas
Colección de Tesis SB307 .P4 T67 2016 (Browse shelf(Abre debajo)) 1 Disponible AGR012369

Doctorado en Ciencias Agropecuarias

Tesis (Doctorado) - Universidad Autónoma de Baja California. Instituto de Ciencias Agrícolas, Mexicali, 2016.

Incluye referencias bibliográficas.

México figura entre los principales productores y exportadores de hortalizas en el mundo, se posiciona en el cuarto lugar a nivel mundial y el primero en el continente. Otros exportadores importantes son: China, India, España, Países Bajos, Bélgica, Francia, y Canadá; los diez principales productores de hortalizas suman alrededor de 70% de la producción mundial de hortalizas. Por otro lado, México tiene una gran riqueza de climas y ecosistemas que permiten la adecuada producción de hortalizas a lo largo todo el año, lo cual constituye una de las principales ventajas ante otros países productores potenciales. En la república mexicana se producen alrededor de 70 especies de hortalizas diferentes. No obstante, las aéreas de producción agrícolas están en su mayoría destinadas al cultivo de cereales y otros productos agronómicos, sin embargo, las hortalizas representan un mayor valor comercial. De las 49 especies hortícolas que se producen a nivel comercial en México, el 57% se concentra en la región bajío y noroeste (FAO, 2016; Financiera Rural, 2008). La producción de hortalizas en nuestro país se caracteriza por tener un nivel de tecnificación mediano o alto (Costa y Giacomelli, 2005), para el periodo 2000-2005 en promedio el 89.3% de la producción se realizó bajo sistemas de riego y sólo el 10.7% en temporal. Los principales cultivos de riego a nivel de entidad por lo general suman poco más del 30% de la superficie sembrada de hortalizas. En 2001 en el mundo existían alrededor de 280 mil hectáreas dedicadas al cultivo de hortalizas y floricultura de ambiente controlado, ese año México contaba con 748 hectáreas de hortalizas, sin embargo, en la actualidad se cuentan con alrededor de 20 mil hectáreas (Avendaño-Ruiz y SchwentesiusRindermann, 2005; Financiera Rural, 2008; OEIDRUS, 2009; Avendaño-Ruíz et al., 2013). La agricultura protegida atrae la atención debido a que bajo ésta práctica algunos cultivos presentan volúmenes de producción superiores a los obtenidos en campo abierto. Su función es la de modificar total o parcialmente aquellas condiciones de clima que son adversas, además de racionar agua y fertilizantes de acuerdo al estado de desarrollo de las plantas; esto se conlleva a incrementos significativos de producción, tanto en cantidad como en calidad. Otra de sus ventajas es que permite programar y manipular la relación con los momentos de cosecha, los cuales se pueden planear de acuerdo al comportamiento del mercado, permitiendo al productor posicionarse en mercados no solo locales, sino regionales, nacionales y hasta internacionales, dependiendo de la demanda de los mismos. Estas características la convierten en un sistema de producción creciente y necesario para la economía de México (INEGI, 2007; OEIDRUS, 2009; Moreno-Reséndez et al., 2011). La región agrícola de Baja California es especialmente prometedora en la producción de hortalizas, y aunque no se considera como un estado puramente agrícola, es responsable de una buena parte de la producción total de las mismas del país, además de esto, se encuentra incursionando en la implementación de nuevas tecnologías en las cuales destacan el uso de sistemas de producción protegidos como invernaderos y casa sombras, esto con la finalidad de aumentar el rendimiento por unidad de área y obtener productos de mayor calidad (Financiera Rural; 2008; OEIDRUS, 2009; Avendaño-Ruiz y Schwentesius-Rindermann, 2005; Moreno-Reséndez et al., 2011). La producción de hortalizas bajo sistemas protegidos es un sistema alternativo que, en la región, aún no se ha desarrollado como se esperaba debido a factores como: la falta de recursos humanos calificados en esta área, el alto costo de la tecnología existente y la falta de instituciones que desarrollen investigación de apoyo para este sector (Financiera Rural, 2008; OEIDRUS, 2011; Moreno-Reséndez et al., 2011). No obstante, las ventajas generales de esta técnica de producción son: demanda creciente, un mejor control ambiental, uso eficiente del agua, producción constante, rendimientos superiores, y la generación de empleos constantes. Sobre las desventajas de estos sistemas se menciona que a pesar de que la producción bajo sistemas de agricultura protegida es superior, sus costos son comparativamente elevados, concretamente los energéticos y la inversión inicial. También se debe tener en consideración que las ventajas obtenida por las condiciones ambientales dentro del invernadero son favorables a las plantas para que su expresión y producción, también lo son para la presencia y daño por plagas y enfermedades, por lo cual se deben implementar medidas preventivas y correctivas, pues estos agentes pueden acabar con el cultivo en su totalidad en corto tiempo (Financiera Rural, 2008, OEIDRUS, 2011). Ante esto, la cantidad y calidad de la producción de cultivos hortícolas se ve amenazada por la presencia de problemas fitosanitarios tales como plagas y enfermedades, no obstante que los sistemas de producción de agricultura protegida disminuyan la incidencia de las mismas, el problema es latente. Los problemas fitopatológicos presentes en la región pueden ser del tipo fúngico, bacteriano, viral, fisiológico o incluso provocados por fitoplasmas. Estas enfermedades pueden presentarse aisladas o en conjunto, formando síndromes, los cuales son uno de los retos más importantes en los sistemas de producción de nuestro país, debido a que no se cuenta con un sistema de detección estandarizado eficaz y oportuno de los mismos, ya que la sintomatología entre algunas de estas enfermedades es muy similar y no presenta características microscópicas ni macroscópicas altamente diferenciales. Los problemas fitosanitarios provocados por estos agentes biológicos, y sus graves secuelas económicas, pueden disminuirse enormemente a través del diagnóstico preciso y oportuno de las enfermedades que surgen en los campos agrícolas, lo que permite adoptar de manera rápida medidas para controlar la propagación de los patógenos. Al respecto, en el desarrollo de técnicas para el diagnóstico de enfermedades, ha sido prioritario en la agricultura de países avanzados, pero en México estas tecnologías no se encuentran bien desarrolladas y se usan de modo esporádico y en pequeña escala. Por lo tanto, esta investigación se orienta a la identificación de los principales agentes causales de enfermedades virales que atacan al chile habanero (Capsicum chinense Jacq.), hortaliza de reciente introducción al estado y de reconversión, ya que es urgente y necesaria su identificación temprana y oportuna, pues esta es una forma de minimizar y prevenir las enfermedades causadas por los mismos; por otra parte, este estudio se enfoca en estudiar estrategias de disminución incidencia y enmascaramiento de síntomas. De esta forma, con un diagnóstico temprano de enfermedades y el conocimiento de alternativas para su control, es posible controlar los puntos críticos de las mismas y corregirlos a tiempo garantizando la cantidad y calidad en los productos agrícolas.

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