000 18846nam a22002657a 4500
003 MX-MeUAM
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040 _aMX-MeUAM
050 1 4 _aJV7408
_bG65 2016
100 1 _aGonzález Ochoa Diana Michel
245 1 0 _aMaternidad transnacional forzada, estrategias (prácticas y emocionales) de mujeres migrantes deportadas por Tijuana durante (2013-2014)
_h[recurso electrónico] /
_cDiana Michel González Ochoa ; director, José Ascención Moreno Mena.
260 _aMexicali, Baja California,
_c2016.
300 _a1 recurso en línea ; 155 p. :
_bil. col.
500 _aMaestría en estudios socioculturales.
502 _aTesis (Maestría) - Universidad Autónoma de Baja California Instituto de Investigaciones Culturales-Museo, Mexicali, 2016.
504 _aIncluye referencias bibliográficas.
520 _aEn nuestra sociedad contemporánea, la deportación es vista como un evento que sucede de manera dramática e inesperada y representa un reto para las mujeres migrantes. Esta investigación trata sobre las mujeres migrantes que fueron deportadas a la ciudad de Tijuana, quienes actualmente se encuentran afrontando una “maternidad transnacional forzada” que consiste en una separación de su familia y de sus hijas (os). Para algunas resulta muy difícil el afrontar la situación con temple, en la mayoría de las entrevistas me tocó verlas derrumbarse: “tengo ganas de agarrarme a golpes la cara”, me decía la Sra. Amanda en una de las entrevistas. Fue común mirar cómo las mujeres pasan abruptamente por estados de ánimo que vienen de la misma impotencia, la rabia y la ira, toda esa amalgama de sentimientos que se pueden ver en las narrativas de las mujeres al estar distantes de las (os) hijas (os). Sin embargo, también se puede presenciar a la mujer, valiente, combativa, y decidida, la cual sabe que debe salir adelante y tomar la deportación como algo pasajero. Se entiende que, en esta situación, existe una línea muy delgada que separa un sentimiento de otro en los distintos estados emocionales que ellas presentan, como pasar de la tristeza a la felicidad detonada ante una llamada telefónica que les daba esperanza y ánimos de seguir de pie. Se entiende la maternidad como una construcción social basada en demandas socioculturales, que implica una serie de preceptos y obligaciones que define y califica a la mujer como “buena o mala madre”. A pesar de que sabemos que estos preceptos cambian según las sociedades y tiempo, los “cautiverios” de la mujer, tienen vigencia. En este caso, las mujeres mismas interiorizan los roles, a la vez que se les exige la cercanía física, y el cuidado, con la finalidad de cubrir las necesidades de la estirpe. Conocer cuáles son las estrategias prácticas y emocionales que implementan estas mujeres deportadas de Estados Unidos a México que se encuentran en la ciudad de Tijuana, para contribuir en la reproducción social de los hijos, es nuestro interés. 2 Como antecedente a esta problemática, se puede señalar el ataque ocurrido a las Torres Gemelas en el 2001, evento decisivo para Estados Unidos y el mundo entero. Suceso que cambió la percepción de la migración internacional, pues se generó y propagó la desconfianza hacia las personas migrantes. Se pudo observar como a partir del 9/11, este país endureció aún más su política internacional, así como las leyes de inmigración. Se crearon programas de control migratorio e iniciativas de leyes con carácter antimigrantes como la SB10701 , la Operación Streamline. 2 . Se reabrieron programas de la Ley Simpson Rodino como Comunidades seguras3 . En fin, políticas excluyentes amparadas en una visión de Estadonación que justifica toda represión social, discriminación y violación a los derechos humanos de los inmigrantes en aras de la seguridad nacional. Las consecuencias de las políticas de control migratorio se vieron reflejadas principalmente en dos puntos: el primero, en el reforzamiento del muro fronterizo “la línea”; que incluye el aumento de unidades completamente equipadas, luces infrarrojas, sensores de movimiento; como medida para reducir los cruces y el paso de indocumentados al territorio estadounidense, (Moreno, 2009; Rodríguez, 2010). El segundo, en el incremento de las redadas y detenciones realizadas en el interior del país que involucra al ICE, por su nombre en inglés (U. S. Immigration and Customs Enforcement) (Castañeda, 2012). Este último aspecto provocó un cambio del perfil de las y los repatriados. Trajo una diferenciación importante, puesto que las personas deportadas ahora, no son sólo aquellos inmigrantes que se adentraban por primera vez de manera irregular en el territorio estadounidense y que eran retornados cuando eran aprendidos por la Border Patrol4 , o aquellos que cometían delitos mayores, quienes eran aprendidos por la policía y eran finalmente deportados, bajo las constantes redadas desde el interior del país y no sólo desde la zona fronteriza, sino que dentro de las comunidades de inmigrantes. Entonces se comenzó a deportar a personas con un alto nivel de integración y una vida construida en Estados Unidos. Fue a partir de la Reforma de Inmigración Ilegal y Responsabilidad del Inmigrante de 1996, mejor conocida como IRCA, que cualquier extranjero quedó expuesto a ser expulsado de los Estados Unidos, a través de un proceso de deportación jurídico (DHS, 2011). Este proceso de –deportación- tiene una connotación legal específica y consiste en la salida oficial del país de un extranjero, cuando se ha encontrado que violó las leyes de inmigración y la salida es ordenada por un juez. Pero el punto donde se expresa “cuando un extranjero violó las leyes” resulta muy relativo, pues también se deporta a personas que cometieron delitos menores, sin la posibilidad de llevar un juicio antes de ser deportados a sus países de origen. Los procesos que siguen estas personas actualmente son muy complicados y algunas veces todo el proceso de deportación ocurre dentro de un centro de detención. Se entiende a este tipo de deportación como “deportación expedita” que en palabras del ICE, es la expulsión de inmigrantes a su país de origen, que “resulta de una orden final de deportación, que prohíbe que esos extranjeros vuelvan a ingresar a Estados Unidos por un periodo de por lo menos cinco años, a no ser que tengan un permiso especial. (ICE, 2012). Tras este tipo de deportaciones de las personas irregulares, se afecta a inmigrantes de las generaciones 1.5, 1.75 y 1.25, (la llamada generación 1.5), ya sea porque llegaron durante su infancia, los que fueron llevados después de la socialización primaria, (la llamada generación 1.75) y conocidos porque llegaron durante la adolescencia y por tanto, después de la socialización secundaria (la llamada generación 1.25), que llegaron a Estados Unidos básicamente siendo niños o muy jóvenes. En estas generaciones podemos encontrar personas que viven en Estados Unidos y que no cuentan con documentos, pero que tienen un largo tiempo de residencia en Estados Unidos. Lo anterior, ha traído nuevos escenarios de deportación particulares (Hoefer, Rytina y Barker en Buenrostro, 2014). Hay abundante literatura sobre los procesos migratorios en Estados Unidos, motivos de salida, los trayectos recorridos y la formación de circuitos transnacionales; los montos y usos de las remesas que envían los migrantes; la organización de migrantes en los lugares de destino; la formación de comunidades transnacionales y los procesos de integración en las sociedades receptoras, entre otros temas. Sin embargo, es posible advertir vacíos importantes en el análisis de ciertas prácticas que parecen confinadas al mundo privado, así como de la parte subjetiva de la experiencia. Tal es el caso del ejercicio de la maternidad, cuyo carácter de construcción social sólo recientemente se ha reconocido y de las consecuencias emocionales que implica, tanto para las mujeres migrantes como para las (os) hijas (os) la separación y ruptura familiar. Este último aspecto, representa uno de los temas centrales de esta investigación. La separación forzada de familiares, como consecuencia de la expulsión de inmigrantes con un alto nivel de socialización en Estados Unidos. En un estudio realizado por el Applied Research Center (ARC), se reveló que un cuarto de todos los migrantes deportados en los primeros seis meses del 2011 habían dejado hijos nacidos en Estados Unidos y se estimó que 42,000 mujeres y hombres fueron deportados tan sólo en el 2010, de los cuales dos terceras partes eran padres o madres de familias, registraron que al menos 15,000 niños se encontrarían en crianza temporal en los siguientes 5 años (Wessler, 2011). Sin embargo y pese a todo otro estudio realizado por el Instituto de Mujeres en la Migración A.C (IMUMI), estableció que tan sólo en el 2012 alrededor de 160,000 mil niños y niñas se encontraban ya bajo la custodia del Departamento de Servicios de Protección 5 al Menor, “Child Protective Service”, posteriormente, (CPS) por sus siglas en inglés. (IMUMI, 2012). Esto debido al incremento de las deportaciones se incluye a muchos migrantes con años de residencia y fuertes lazos familiares en Estados Unidos (Hagan, Rodríguez, y Castro 2011). Conocer qué sucede con estas familias y las mujeres que pasan por el proceso de deportación forma parte de esta investigación. La mayoría de las veces la deportación ocurre de manera inesperada y repentina, lo que conlleva a que la mujer realice ciertos ajustes y decisiones personales, cuando existe una familia e hijos de por medio. Estas decisiones pueden tornarse complejas, pues se presenta lo que Buenrostro (2014) llama maternidades en deportación. Buenrostro (2014) menciona cómo a diferencia de la migración inicial, cuando existió una decisión ordenada, planeada, y el motivo de viaje fue diferente, las circunstancias en una deportación fueron distintas. En esta situación de maternidades en deportación donde se presenta la separación de manera expedita e inesperada, las madres deben tomar decisiones que radican en las estrategias para contribuir en la reproducción social de su familia en un nuevo contexto transnacional. En un estudio igualmente realizado en la ciudad de Tijuana en torno a la misma población migrante durante en 2012, se menciona como algunas de las mujeres se encuentran en una especie de “auto reproche”, que las hace sentirse culpables y Sufren ataques de ansiedad, depresión, efectos y pensamientos negativos sobre sí mismas (París y Peláez, 2012). Se puede considerar que las mujeres deportadas, además de pasar por un proceso desagradable de ruptura y quiebre, también se enfrentan a situaciones emocionales que pueden repercutir negativamente en su salud. Ellas tienen que enfrentarse a un cambio drástico en las situaciones emocionales, que ocurre principalmente por la pérdida repentina de los vínculos familiares. El vínculo puede ser que se recupere, pero mientras tanto estas mujeres experimentan el trago amargo de saberse lejos de la familia. Si a ello se suma una situación económica difícil, como el no contar con las redes de apoyo indispensable, la situación podría empeorar. 6 Las mujeres deportadas buscan una reconfiguración en su manera de vivir y de ejercer su maternidad, si así lo desean. Es importante conocer cómo se auto perciben y cómo piensan estructurar su vida después de este proceso de deportación. Por ello en un primer momento se planteó la pregunta: ¿Qué sucede con las mujeres que habían sido deportadas? Sin embargo, resulto ser una pregunta muy general y casi imposible de responder. Así que poco a poco se fue alcanzando una mejor delimitación de la investigación. Se da por sentado que tradicionalmente y comúnmente son las mujeres las encargadas de perpetuar las relaciones familiares, ya sea con la familia sanguínea, como con la política, la unión familiar es uno de los principales roles asignados a las mujeres. Bourdieu (1998) describe cómo las mujeres son destinadas en lograr la “adhesión vital a la existencia de un grupo familiar y sus intereses”, donde juega un papel primordial la familia. Sin embargo, como el papel de la mujer representa la preservación de la unión como tal, se considerará el concepto de maternidad para explicar esta situación. Puesto que estos roles de los que habla Bourdieu (1998) se incrementan con la maternidad, misma que resulta una práctica cultural de las mujeres al interior de la familia, y al ser deportadas se puede pensar que existe un quiebre en dicha práctica. Igualmente, es un supuesto que una vez que la mujer es deportada buscará la manera de seguir haciéndose presente en la vida de sus hijas (os), o puede suceder lo contrario. Así el objetivo general de esta investigación es conocer las estrategias de las mujeres después de la deportación para seguir contribuyendo con la reproducción social de los y las hijas (os) en un contexto transnacional. Se considera por la situación de los roles de género socialmente establecidos, que las mujeres se ven doblemente afectadas con este fenómeno disruptivo, es por ello que se decidió trabajar con mujeres deportadas. Aunque en ningún momento se desea minimizar la situación que viven los hombres de manera similar. No obstante, de acuerdo con Asakura (2012) en un mismo caso de distanciamiento, la figura paterna no será igualmente cuestionada, cuando se aleja físicamente de sus hijas (os), porque la construcción social de la paternidad es de proveedor y de esta manera es entendible que él tenga que alejarse por temporadas, incluso 7 permanentemente, para apoyar en el aspecto económico, lo que implica que sus estrategias sean muy diferentes a la de las mujeres, en contraposición de la maternidad, que es una actividad social basada en la cercanía física, en donde de acuerdo con los roles y los mandatos culturalmente establecidos el eje principal es el cuidado. Es por ello que la deportación afecta de manera distinta a un hombre que a una mujer (Asakura, 2012). Como objetivo general se tiene: encontrar y clasificar las estrategias prácticas y emocionales que efectúan las mujeres deportadas para contribuir en la reproducción social de sus hijas (os), para ello se realizaron entrevistas a profundidad, cara a cara, con mujeres deportadas que se encontraban en la ciudad de Tijuana durante el periodo de investigación julio de 2013 y abril de 2014. Como objetivo específico, primero, se planteó identificar cómo se auto perciben las mujeres migrantes después de una deportación y cómo consideran que son vistas por sus familiares, principalmente por sus hijas (os). Dado que de esta manera nos podemos aproximar a su estado emocional. Otro de los objetivos específicos planteados en esta investigación, fue conocer cómo siguen relacionándose estas mujeres con su familia en Estados Unidos. Un tercer objetivo específico fue; cómo se ve afectada la estructura familiar, principalmente, el rol de madre al interior de la familia. Finalmente, el último objetivo pretendió conocer cuál era el rol del padre en caso de que él quedara a cargo de las y los hijos en Estados Unidos. El documento está integrado por cuatro capítulos. En el primero se presenta la metodología empleada; en el cual se describe detalladamente la incursión al trabajo de campo, así como las herramientas que se utilizaron a través de la Teoría Fundamentada, enfoque que permitió desarrollar y emplear las técnicas e instrumentos metodológicos, después de la exploración de campo que se dio en dos tiempos en la ciudad de Tijuana, principalmente en el Instituto Madre Asunta. En el segundo capítulo se presentan las teorías y conceptos que se usaron a lo largo de la investigación con base en la Perspectiva de Género, para explicar cómo afecta la construcción social del concepto y los supuestos propios del rol en el ejercicio de la maternidad aplicados en las mujeres deportadas, y para explorar la idea de lo que implica ser una “buena madre” 8 con todos los estereotipos y modelos que tienen vigencia e impacto en ellas. Asimismo, el problema de investigación se sustenta en la Perspectiva Transnacional, para explicar las redes de apoyo, los puntos de encuentro y desencuentro a través de las fronteras, y para incorporar el concepto de maternidades transnacionales anteriormente abordado por investigadoras como Hondagneu-Sotelo y Avila (1997). En el tercer capítulo, se aborda históricamente el tema de las deportaciones y como éstas han sido una herramienta frecuentemente utilizada por Estados Unidos, para de alguna manera mantener las reglas de oferta y demanda de mano de obra barata; son el medio legal que funciona como una válvula que se abre y cierra según las necesidades del país vecino. En este apartado también echamos un vistazo a las principales leyes de control migratorio e inmigración que han moldeado la sociedad norteamericana en la última mitad de siglo XX, y que actualmente son las leyes que enmarcan este entorno de deportaciones. En un cuarto capítulo, se presentan los resultados del estudio. Se describen principalmente las maniobras y estrategias que han realizado las mujeres deportadas, situaciones que se presentan a través de sus propias narrativas. Es importante conocer la manera en cómo ellas se auto-perciben antes, durante y después de la deportación, su papel actual en la reproducción social de sus hijas (os). Más aún tenemos un indicio del futuro o por lo menos los deseos y planes que tendrán, con base en sus propias respuestas. Por último, se concluye el documento de manera breve estableciendo los principales hallazgos: Se trata de definir algunas estrategias, (prácticas y emocionales) que llevaron a cabo las mujeres migrantes deportadas a la ciudad de Tijuana durante el 2013-2014. Dichas estrategias nos ayudan a comprender cómo es que viven estas mujeres deportadas su maternidad a distancia, también le nombramos maternidad transnacional forzada. Es decir si existe una continuidad o un quiebre en la contribución y participación en la reproducción social de sus hijas (os), después de la deportación.
650 4 _aMujeres migrantes
_vTesis y disertaciones académicas.
650 4 _aMaternidad transnacional
_vTesis y disertaciones académicas.
700 1 _aMoreno Mena, José Ascención
_edir.
710 2 _aUniversidad Autónoma de Baja California.
_bInstituto de Investigaciones Culturales--Museo
856 _zTesis digital
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942 _cTESIS
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